miércoles, 7 de julio de 2010

Por Primera vez en el Equipo

Había soñado mucho antes con ese día. Era sábado seis horas aproximadamente. Casi automáticamente desperté, antes que la mañana terminara de aclarar. Salte velozmente de la cama; no hubo necesidad de reloj despertador, ni que mi madre me llamara tan siquiera una vez. Todo lo contrario de los días de colegio, en los que mamá debía llamarme una y otra vez sin ningún resultado por la modorra cotidiana.
- Apenas pude pegar el ojo en la noche!
Me fui directo a darme mi ducha matinal y sin hacer mucho ruido empecé a preparar mi mochila. Ansioso miraba a mí alrededor registrando que no me faltara nada.
- Ya tengo todo listo!
Y salí silenciosamente, así como acostumbraba a salir Tom, mi perro, empujando la puerta suavemente para pasar inadvertido. Salí casi corriendo hasta la esquina. Y vi la cancha todavía vacía, sólo el rocío de la mañana estaba presente.

-Que pasó con Pedro –quedamos en encontrarnos a esta hora. Que boludo! Re caigue luego es!

Me puse entonces mi taquilla nueva y empecé a patear algunas gotitas de rocío imaginándome ya el goleador del equipo.

Recuerdo que tenía entonces 14 años y hacia apenas 3 meses, que practicaba en la canchita de mi Barrio, pero era la primera vez que jugaría como parte del equipo titular y como número 10, el sueño de toda mi vida, desde que conocí a Romerito y a Maradona mis ídolos del futbol.

Desde luego que converse con cada punta del arco y di una vuelta estrella mostrando mi buen estado físico. Dije también que sería estupendo ver a mi vecina Lourdes en las graderías.

Yo soy del equipo campeón! me decía, haciendo mentalización positiva, repitiendo una y otra vez esta frase como letanía.

Cuando llego el entrenador ya había terminado mi calentamiento. Y cuando llego Pedro ya estaba gritando mi primer gol imaginario y la platea gritaba en coro mi nombre, ya era el nuevo ídolo del futbol.


Lucia Valdez

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