jueves, 24 de junio de 2010

...

El gris es también azul

en el cielo de un lunes que no es viernes

El reloj acelerado

despierta a la rutina

y abre la puerta

a una mañana

blanca

y negra

que entristece

y alienta.


Las bolsas de hules,

al pie de un árbol joven deshojado,

se congregan

y se enredan

a los tacos agujas

de una ciudad

que huele a jazmines

en las esquinas abandonadas

y clausuradas.


En las aceras resquebrajadas,

en mitad de la multitud

una mano mendiga se arrastra

y la indiferencia

lo invisibilizaría,

mas los soles artificiales

atraviesan aquellos toldos.

Luz y flores en aquella mano

y en las otras

deja caer...


Suena el viento

y los balcones de los pisos de arriba

en las calles agitadas,

donde la poesía daltónica

no saben de semáforos

y atraviesa el tiempo,

infringe resoluciones,

protesta en las murallas,

se niega a sí misma,

huye de su propia naturaleza,

la hecha de palabras,

para hacerse carne inmortal

entre nosotros...


La poesia es todo eso

y

ese

infinito etcétera

que apenas sospechamos...


-liz-

-

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